Ni los bancos, ni la industria, ni el comercio de El Salvador, ni el gobierno, ni los partidos políticos levantaron una mano para ofrecer ayuda inmediata a Nuestros Ángeles de El Salvador cuando más la necesitaban.
Este grupo de valientes muchachos, dirigidos por intrépidos líderes comunitarios, se aventuraron a llegar a Estados Unidos de la manera más inapropiada, pero fue la única que les quedó después de haber estado buscando ayuda y no encontrarla.
Gracias a Dios que la comunidad inmigrante respondió apoyando económicamente para los gastos que se han hecho. Se organizaron diferentes eventos para la recolección de fondos y la comunidad, que está consciente de la difícil tarea, se unió para brindarles el apoyo decididamente.
Algunos políticos, al ser entrevistados, adujeron que no sabían lo que estaba pasando: ¿En qué mundo viven?
Todos los días salía en la internet y los periódicos paso a paso las dificultades por las que venían pasando nuestros muchachos.
Era necesario cerrar los ojos y los oídos para no darse cuenta de la aventura heroica y riesgos a los que se sometieron estos jóvenes.
Ahora, al finalizar el desfile, lo mínimo que puede hacer el gobierno salvadoreño es conseguirles el pasaje de regreso, para recibirlos en nuestra patria como fueron recibidos en Pasadena, como verdaderos héroes.
En solo unos dias estos cipotes de verdadera sangre salvadoreña se convirtieron en merecidos heroes de todo un pais.
Estos cipotes han elevado a El Salvador mucho mas alto que cualquier connacional.
Es una historia propia de un libro "Best Seller" o una de esas peliculas inspiradoras de Holywood
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